La Academia Nacional de Periodismo en el Bicentenario
La Academia Nacional de Periodismo se suma a la celebración del Bicentenario de la declaración de la Independencia haciendo un aporte y una reflexión en torno a su cometido central: procurar un periodismo mejor, adecuado a la época y a las necesidades del país.
El nuevo tiempo político, abierto tras las elecciones presidenciales del año pasado, parece un momento propicio para pensar en las condiciones y en los requisitos de un periodismo de calidad. Creemos que la mejora de nuestro quehacer no debe limitarse a incorporar las novedades y las posibilidades de una época de innovación técnica permanente, sino que también debe ser una oportunidad para reflexionar acerca de las vicisitudes de la experiencia reciente.
No es la idea juzgar a nadie ni pontificar desde un supuesto lugar del saber, del canon, o de la corrección política. Ese no es el rol donde la Academia Nacional de Periodismo se siente cómoda. Al contrario, se trata de mantener el espíritu abierto y la sensibilidad despierta para discernir e interpretar, junto a otros argentinos de buena voluntad, las oportunidades y las amenazas de una nueva etapa, que coincide con la celebración del Bicentenario de nuestra independencia.
En esta circunstancia, la Academia Nacional de Periodismo hace una apuesta por el pluralismo, una cualidad sin la cual el periodismo de calidad no es posible. En los últimos años, por razones que no nos toca juzgar, muchos argentinos se enfrentaron en una discusión estéril, donde pocos estuvieron dispuestos a ceder la razón. La descalificación y la desconfianza pudieron más que los esfuerzos para encontrar acuerdos. La adscripción política prevaleció sobre las competencias profesionales, la educación y el estilo. La actividad periodística fue una muestra paradigmática de este desencuentro, que deshizo amistades personales y proyectos profesionales, instaurando la desconfianza como sentimiento, y la falacia ad hominem como método.
Creemos que llegó la hora de restablecer un debate abierto e inteligente, propio de una profesión que requiere, como pocas, apertura intelectual, objetividad y calidad. La Academia Nacional de Periodismo se propone como un ámbito, entre otros, para ensayar ese diálogo y propiciar ese reencuentro. Creemos que ese será nuestro mejor aporte al Bicentenario, un momento para celebrar el pasado, pero, por sobre todo, para esclarecer el futuro.