Los resultados acumulados nos llevan a ampliar nuestro horizonte y generan nuevos interrogantes sobre la responsabilidad y la comprensión de conducta humana.
Algunas preguntas …
- Los procesos de estructuración de la memoria ¿qué implicancia tienen en relación al testimonio y su eficacia en el proceso judicial?
- ¿Cómo comprender mejor la impulsividad y la adicción en el cerebro adolescente?
- ¿Cómo son los procesos de toma de decisión y qué factores intervienen?
- ¿Cuál es el rol de la empatía y las bases cognitivas en las decisiones morales?
- ¿Cómo pensar un cerebro individual y un cerebro social?
- ¿Podemos mejorar las políticas en justicia juvenil mediante el uso de evidencias neurocientíficas para adaptar las intervenciones de alto impacto?
- La capacidad de visualizar el dolor a través de escaneos cerebrales ¿modifica el concepto jurídico de dolor y sufrimiento?
- ¿Puede la presentación de hallazgos en neurociencias alterar las nociones de libre albedrío y responsabilidad en un proceso judicial?
- ¿Cómo volver a resignificar la ley en el proceso de evolución de la conciencia autorreflexiva?
Tener acceso a una nueva y mejor información conlleva una gran responsabilidad. ¿En qué clave ingresarán estas nuevas categorías científicas al universo jurídico? Los abogados somos partes esenciales en la construcción de esta respuesta.
La intersección de Ley, ciencia y políticas públicas tienen un elevado potencial para afectar nuestra calidad de vida en el el plano individual, institucional y comunitario.
Cómo utilizar esta nueva información y sus límites éticos son parte del desafío que se nos presenta.
Es por ello que se creó el Seminario Anual de Neurociencias y Derecho, el cual consta de ocho encuentros mensuales, entre mayo y noviembre del 2015, cada uno coordinado por un especialista en cada materia. El seminario, abierto a la discusión interdisciplinaria, está dirigido a abogados y profesionales de distintas áreas. Cada encuentro cuenta con una parte expositiva y un taller de reflexión e intercambio.