En el año 1551 San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, inauguró en Roma una Escuela de Gramática y de Doctrina Cristiana gratuita que luego se transformó en el Colegio Romano; reconociéndole el Papa Pablo IV, tan sólo cinco años después, la facultad de conceder grados académicos, convirtiendo así al Colegio en una verdadera universidad.
Gregorio XIII, en el año 1583, dotó al ateneo de una nueva sede mereciendo ser designado “fundador y protector” de este centro de estudios, adquiriendo en su honor el nombre de “Universidad Gregoriana”.
Entre sus muchas facultades, la Facultad de Derecho, es una de las más prestigiosas del mundo.
Ha tenido estudiantes ilustres como San Roberto Bellarmino, San Luis Gonzaga, San Maximiliano Kolbe, entre otros; como así también quienes luego fueran los Romanos Pontífices, Gregorio XV, Urbano VIII, Inocencio X, Clemente IX, Clemente X, Inocencio XII, Clemente XI, Inocencio XIII, Clemente XII, Pio IX, León XIII, Benedicto XV, Pio XI, Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo I.
El P. Astigueta S.J. con sus artículos publicados de la especialidad no sólo demuestra su generosidad sino que también cumple con espíritu ignaciano de llevar a todos estas enseñanzas canónicas.
Es decir, como lo afirmaba el Papa Benedicto XVI en su alocución a los Padres de la Congregación General de la Compañía de Jesús en febrero de 2008, permite con este servicio que la Universidad Gregoriana transmita los valores eclesiales más urgentes para el proyecto originario de Dios sobre el hombre: el sentido social de la fe que fructifica en paz, verdad y justicia; el diálogo con el mundo de la cultura y de la ciencia; el encuentro con otras confesiones cristanas y otras religiones; el valor de cada persona humana.
Los temas tratados serán de variada naturaleza pero principalmente abordarán cuestiones de derecho penal canónico, que nos permitirán introducirnos en este campo a través de los saberes propios de un especialista y profesor en la materia.
San Isidro, febrero 1 de 2013.