El sábado 16 de diciembre, festejamos la despedida del año, disfrutando de un encuentro muy agradable junto a nuestras amistades, colegas con quienes compartimos el diario ejercicio profesional.
Nos saludó la Presidenta del Colegio, Dra. Guillermina Soria quien resaltó las metas irrenunciables que marcan la senda del Consejo Directivo que la acompaña, y las actividades desarrolladas en ese entido:
"¡Me alegra verlos, y compartir con ustedes esta noche de celebración de fin de año y de camaradería!
Gracias a todos y todas por acompañarnos en este año en el que celebramos 40 años de democracia ininterrumpida y que como Nación es un real motivo de festejo y de orgullo. El Colegio lo celebró durante todo el año con conferencias, cine debate, y jornadas por los grandes hitos que se sucedieron en estas cuatro décadas.
Aprovecho entonces para agradecerle al área académica, a la comisión de jóvenes y a los institutos que fueron parte de ello.
Como bien saben, mi compromiso con la colegiación está atado a tres premisas fundamentales que son:
-la correcta administración de justicia
-la defensa de los honorarios,
-y la protección de las incumbencias profesionales.
Para mí son banderas innegociables para el Colegio.
En este sentido les cuento que más allá de que continúa avanzando el jury contra la Dra. Valentini, y la Comisión bicameral se hizo eco de nuestra denuncia, y dictaminó por la apertura del proceso, estamos especialmente atentos y vigilantes de la enormes deficiencias que muestra el Tribunal de trabajo nro. 7 de Pilar, y trabajando diariamente desde administración de justicia para solucionar las lejanas fijaciones de vistas de causa.
En ese aspecto en mi rol de Consejera de la Magistratura provincial trabajé fuertemente durante todo el año para resolver el tema de las vacantes del Poder judicial local y así en el mes de julio logramos llegar a los consensos para elevar al Poder Ejecutivo 5 ternas de Tribunal de trabajo; hace pocos días recibimos la noticia que el Gobernador remitió pliegos al Senado; si todo sale bien empezaremos a ver las coberturas el año próximo.
También trabajé para completar las vacantes en las Fiscalías, y en las Cámaras penales y civiles. Si la coyuntura acompaña el año que viene nos ocuparemos de las restantes.
Desde la pandemia es la primera vez que el Consejo de la Magistratura goza de este ritmo y sobre todo de la plena conciencia de la necesidad de su funcionamiento de manera transparente y ágil.
Sin embargo, como le explico cada martes a mis compañeros de Consejo, la designación de los y las magistradas es un proceso complejo que requiere la actividad no solo del Consejo de la Magistratura, sino también del Poder Ejecutivo, y del Senado, y si estos otros lados del triángulo no cumplen con su parte, la designación no sucede.
Otra de las cuestiones que nos ocupa firmemente es la de la defensa irrestricta de los honorarios profesionales.
En este sentido no sólo impulsamos desde acá el primer congreso de honorarios provinciales, el que contó con la participación del Presidente de la Corte Provincial, quien admitió “Que los honorarios de los abogados son esenciales para garantizar la calidad, su independencia y su adecuada regulación es fundamental para mantener el orden público de nuestra sociedad” pero además instó a revisar la doctrina legal para aplicar correctamente la normativa superadora. Por ello no cesamos, ni renunciamos, en la tarea de hablar con cada uno de los magistrados del departamento judicial para que comprendan que los honorarios tienen carácter alimentario, y que deben dar correcto cumplimiento a la ley, porque sin honorarios no hay abogados y sin abogados no hay justicia.
Finalmente, debimos trabajar arduamente en la defensa de las incumbencias, ahora frente a la creatividad de los legisladores que instaron el proyecto de “divorcios administrativos” una vez más nuestra Comisión de Incumbencias local se puso al frente de esta batalla y logró con argumentos jurídicos aportar todas las premisas para desinflar ese descabellado intento por arrebatarnos una incumbencia.
No perdemos de vista que en la provincia de Buenos Aires por imperio de los ominosas tasas de interés y del exiguo valor del punto de incapacidad nos encontramos ante el despropósito de que las indemnizaciones son las que causan daño.
La crisis económica, y la inflación pero también la falta de principio de realidad con el que cuentan los magistrados provinciales han logrado ese sinsentido.
Vemos diariamente cómo los justiciables deben darse por reparados con valores míseros que arrojan las sentencias que los magistrados dictan sin siquiera caer en la cuenta de la injusticia que esconden. Gracias al aporte de algunos colegas, me encuentro trabajando en ello a nivel provincial.
No quiero ser agorera, pero no parece que nada esté por mejorar, al menos no en el futuro cercano, en tiempos de crisis, todo se vuelve más denso, y es por ello que les propuse a mis compañeros de Consejo algunas medidas que desde el Colegio podemos impulsar para aminorar el impacto de la tempestad que se avecina.
Por ello compramos un inmueble que comparte fondos con el edificio anexo donde en unos meses comenzaran a funcionar oficinas temporarias para que todos los abogados matriculados puedan atender a sus clientes, tomar las audiencias virtuales, compartir un espacio de coworking, pensando en quienes han tenido o tengan en el futuro que reducir sus estructuras de trabajo.
La pandemia nos enseñó a ser más flexibles en cuanto a los espacios laborales, y nosotros no queremos estar ajenos en brindar esa alternativa a nuestros colegas que lo necesiten.
Pero además hemos reforzado al Tribunal Arbitral con nuevos árbitros, que sumados a quienes cuentan con mucha experiencia han fortalecido esta herramienta, todo ello en la convicción de que es una alternativa ágil y eficaz para -al menos- acortar los eternos plazos judiciales en aquellos asuntos que pueden ser sometidos al arbitraje.
El año entrante no sólo tendremos capacitaciones para quienes quieran litigar ante el tribunal, sino que además seguiremos suscribiendo convenios estratégicos para concientizar a los restantes colegios profesionales, y a las Cámaras de Comercio e Industria de los distritos municipales del departamento judicial, sumando así incumbencias, sino que además vamos a dotar al tribunal de un espacio renovado y jerarquizado para su funcionamiento.
Llegó el tiempo que los abogados y abogadas hagamos uso de una excepcional herramienta que tenemos a disposición, y nos demostremos a nosotros mismos que no debemos ser rehenes de los “eternos tiempos judiciales, ni de las “cada vez menos satisfactorias resoluciones judiciales”.
Casi para cerrar, contarles que el año próximo por primera vez en más de una década se llevará adelante el Encuentro de Mujeres Abogadas en la provincia de Buenos Aires y más precisamente en nuestra sede, porque las abogadas tenemos mucho para decir en materia de brecha salarial, en desigualdad de oportunidades, y en la mirada crítica que debemos dar en materia de progresividad de derechos. Deseo que seamos varios centenares de abogadas haciendo oír nuestra voz, porque mucho se consiguió, pero también mucho es el camino que tenemos por delante. Agradezco al grupo de mujeres que pusieron y se pondrán al hombro esta tarea.
Por último y como esto es una fiesta, quiero que las disfrutemos y quiero contarles que ya está abierto “339” el Restaurante del Colegio, y que están todos invitados a venir a disfrutarlo.
Pero además de darle siempre las gracias al personal del Colegio que día a día acompaña y empuja de este carro. Con esto sí me despido y quiero invitar a dar un paso al frente a todos nuestros deportistas, quienes por su dedicación y esfuerzo nos consagraron bicampeones en las jornadas deportivas, para ellos bien vale el aplauso. ¡San Isidro campeón!"
Feliz 2024.